Inventar… lo que se dice inventar, por este lado del sur de Europa no inventamos mucho. Aquí la inventiva la reservamos para las reformas educativas, no vaya a ser que de tanto darle a la sesera, se nos acaben las ideas para dentro de siete años (es lo que han durado las dos últimas leyes de educación) poder hacer una reforma de la contrarreforma de la recontrarreforma. Ahora toca la LOMLOE.
Y mientras tanto, PISA nos saca los colores cada vez que publica un informe. Pero qué sabrán estos señores de PISA de nuestra endémica tendencia a reformar compulsivamente las leyes educativas. Parafraseando a un ilustre viceconsejero de Educación, las pruebas PISA no se adaptan a la idiosincrasia hispana de nuestros alumnos.
Lamentamos que Alfred Nobel naciera demasiado pronto para nuestros intereses, porque ahora tendríamos sucesivas nominaciones a tan prestigioso galardón:
Y el Nobel a la reforma educativa número 63 es para… España.
¡España! ¡España! ¡Oe, oe, oeeeeeee!